ACADEMO: IV CUMBRE GLOBAL SOBRE DESINFORMACIÓN.
Un recuento de las ideas principales de la cuarta edición de la Cumbre Global sobre Desinformación y el rol de las universidades ante esta problemática global.
¡Reciban un cordial saludo y una calurosa bienvenida a la edición mensual de ACADEMO!
Septiembre ha sido un mes particularmente desafiante en materia de salud. Me ha recordado lo vulnerables que somos, tanto nosotros como nuestros seres queridos, y que no siempre estamos en control de la ejecución de nuestros planes, así que durante este mes no tuve el ritmo de trabajo que había planificado tener, pero los días 18 y 19 tuve la oportunidad de participar en una cita anual de gran relevancia para mí. Se trata de la IV Cumbre Global sobre Desinformación, y en esta edición tenemos un recuento de las ideas principales que se abordaron durante los dos días de la jornada.
Antes de pasar al desarrollo de esta edición, quiero agradecer a mi knowledge partner, la Cooperativa La Altagracia, por su respaldo a la difusión del conocimiento y las ideas en nuestra comunidad de lectores.
IV CUMBRE GLOBAL SOBRE DESINFORMACIÓN
¡La desinformación constituye un desafío global que pone en peligro las democracias y socava progresivamente la confianza en el periodismo y los medios de comunicación!
Esa fue una de las ideas comunes en prácticamente todas las ponencias de la IV Cumbre Global sobre Desinformación, que se llevó a cabo los días 18 y 19 de septiembre. El encuentro virtual reunió a más de 35 expertos en el tema y congregó a más de 1500 espectadores que se unieron desde al menos 50 países. La Cumbre, que es una iniciativa conjunta de la Sociedad Interamericana de Prensa, el Proyecto Desconfío y la Fundación para el Periodismo en Bolivia, cuenta con el apoyo de Google News Initiative, la Embajada de Estados Unidos en Argentina, International Fact-Checking Network (IFCN), el Centro Kimberly Green para América Latina y el Caribe (LACC) de la Universidad Internacional de Florida (FIU) y Bertelsmann Stiftung.
Este año, la Cumbre estuvo enfocada en la innovación y la Inteligencia Artificial (IA) frente a la desinformación. El programa de esta cuarta edición contó con varias novedades, entre ellas un panel de universidades, donde se abordó el rol de las instituciones académicas en esta problemática de escala global, y el bloque de apertura se centró en las estrategias e iniciativas de los medios para contrarrestar la desinformación.
En esta edición de ACADEMO, vamos a repasar algunas ideas abordadas en las diferentes ponencias de la Cumbre y, especialmente, algunos de los planteamientos del panel sobre el rol de las universidades ante la problemática de la desinformación.
Ideas abordadas en las diferentes ponencias de la Cumbre:
La desinformación es uno de los mayores desafíos de la sociedad contemporánea. Es un fenómeno con muchos matices y las nuevas tecnologías acrecientan su potencial para difundirse y propagarse por el gran poder de amplificación que estas tienen.
Las campañas de desinformación son un recurso cada vez más utilizado en procesos electorales, poniendo en serio peligro nuestras democracias. En ese sentido, el director del Departamento de Disrupción Global de Amenazas de Meta, David Agranovich, quien fuera uno los ponentes de la Cumbre, explicó que la plataforma detectó “campañas coordinadas para interferir en el proceso electoral en Estados Unidos”, por lo cual debieron tomar la medida de cerrar las cuentas relacionas con ese propósito.
Los regímenes políticos autoritarios se aprovechan del estado de confusión que la desinformación propicia para consolidar su poder y silenciar voces legítimas.
La desinformación está afectando progresivamente la confianza de las audiencias en los medios de comunicación y el periodismo, además de que afecta la calidad del debate público.
La desinformación no es solo un problema de los medios de comunicación, y por eso es necesario conformar un frente conjunto para contrarrestarla. En ese sentido, tanto los gobiernos como las grandes empresas tecnológicas, las instituciones académicas, los organismos de verificación de hechos y los ciudadanos, están llamados a contribuir a la lucha contra la desinformación.
La alfabetización mediática es cada vez más necesaria para que los ciudadanos cuenten con herramientas que les permitan contrarrestar la desinformación.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cuenta con una gran biblioteca digital especializada en el tema de la desinformación, con múltiples publicaciones de alta calidad, su mayoría en español, con abordajes regionales, nacionales y globales sobre la desinformación.
Esta biblioteca cuenta con investigaciones, manuales y guías especialmente diseñadas para educadores y formadores de periodistas, así como una publicación titulada “Las directrices para la gobernanza de plataformas digitales”, que según se expuso durante la Cumbre tiene el propósito de “salvaguardar la libertad de expresión y el acceso a la información con el enfoque de múltiples partes interesadas”.
Hay una demanda creciente de regulación para las redes sociales con el objetivo de que se asuman responsabilidades por la circulación de contenidos dañinos y maliciosos. Sin embargo, la discusión sobre si es posible una regulación de esa naturaleza sin atentar contra la libertad de expresión es un debate en curso.
Actualmente hay iniciativas orientadas a definir estándares de calidad para el periodismo. Un ejemplo de estas iniciativas fue presentada por Bertrand Mossiat, líder de la Journalism Trust Initiative de Reporteros Sin Fronteras (RSF), quien presentó una iniciativa de la institución que consiste en una norma de calidad internacional para empresas periodísticas, la cual busca restablecer la confianza en los medios de comunicación.
Tanto los desafíos que plantea la desinformación, como el desarrollo de la Inteligencia Artificial, requieren un trabajo coordinado y colaborativo por parte de los diferentes sectores sociales.
La vigilancia ciudadana es especialmente relevante para contrarrestar la desinformación. En ese sentido, es importante dotar a los ciudadanos de recursos y herramientas que les permitan constituirse en un ente activo en la lucha contra la desinformación.
Desinformación: una mirada desde las universidades en América Latina:
Universidad de la Sabana, Colombia
Por Liliana Gutiérrez
Esta ponencia se centró en la presentación de la investigación “Estrategias de posverdad y desinformación en las eleciones presidenciales colombianas 2022”, realizada por la expositora, Liliana Gutiérrez-Coba, en colaboración con el profesor Carlos Rodríguez-Pérez. Según explicó la profesora Gutiérrez-Coba, lo que más se encontró durante la investigación fue contenido engañoso difundido durante el proceso electoral, es decir, un contenido parcialmente cierto en un contexto falso; y contenido impostor, el cual básicamente implicaba la suplantación de la fuente y la fabricación de hechos. Asimismo, los resultados de la investigación arrojaron que los mensajes contenían un alto grado de negatividad, ataques personales indirectos y apelación al miedo de las audiencias.
Algunas de las concusiones de la investigación fueron las siguientes:
Durante las elecciones presidenciales de Colombia, la desinformación política tuvo una clara intención de desacreditar a los competidores por medio de mensajes falsos creados para tal efecto.
Los resultados señalan la negatividad del discurso de la desinformación que intenta acrecentar la polarización y romper el consenso social.
En la generación de desinformación también intervienen los estrategas de las campañas políticas y los propios candidatos cuando realizan declaraciones imprecisas o exageradas sobre un tema.
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano
Por Moisés Limia
El profesor Limia se centró en realizar una reflexión en torno a las siguientes preguntas:
¿Cuál es el rol que las universidades deben acometer en la lucha contra la desinformación en América Latina?
El ponente explicó que el rol de las universidades, o los retos que estas deben enfrentar en materia de desinformación, no son muy distintos en América Latina con relación a otros continentes, pero que en cualquier caso la universidad tiene el deber de formar en pensamiento crítico, con énfasis en la alfabetización mediática, y fomentar la investigación sobre la desinformación en el contexto latinoamericano, el cual explicó que tiene sus propias complejidades en la materia. A esto agregó que las universidades también tienen el deber de proponer soluciones para combatir la desinformación y fomentar colaboraciones interdisciplinarias para abordar la problemática.
¿Cuáles son los principales retos, especialmente en América Latina, en materia de desinformación?
Desde la perspectiva del profesor Limia, las brechas digitales constituyen uno de los principales, sobre todo en determinadas zonas geográficas. También señaló que, aunque no es un problema exclusivo de América Latina, la desinformación, utilizada en como herramienta de manipulación en los procesos electorales, constituye otro de los desafíos, así como la falta de recursos, que no permite que se desarrollen suficientes proyectos de “fact check” y alfabetización mediática como en otras regiones. Asimismo, destacó que otro de los retos que identifica es, que si bien la desconfianza en los medios tradicionales y las instituciones es una tendencia global, esta es particularmente fuerte en América Latina.
¿Cuáles son los principales ámbitos que demandan una atención especializada por parte de la academia?
En este aspecto el ponente puso su foco en las redes sociales y las plataformas de mensajería por su capacidad para propagar las informaciones. Explicó también que en materia de regulación es necesario que esta no provenga de un solo sector y que más bien surja como una colaboración entre los diversos actores implicados, incluyendo a los usuarios de la información. En este sentido, destacó especialmente la importancia de la colaboración entre las universidades, los gobiernos y el sector público y privado.
¿Qué medidas concretas pueden emprender las universidades para contrarrestar la desinformación?
El profesor destacó en este ámbito la importancia de incluir cursos sobre desinformación en los currículos universitarios; y de crear centros de investigación interdisciplinarios. También enfatizó que el tema de la regulación es muy polémico porque solo resultaría útil si se maneja con equilibrio. Habló de la importancia de regular la transparencia de los algoritmos y la responsabilidad de las plataformas en ese aspecto. El profesor Limia concluyó su ponencia destacando la importancia de que se realice una mayor inversión en educación y alfabetización mediática en América Latina para poder combatir el problema de manera efectiva.
En ACADEMO seguiremos atentos a las novedades sobre el tema de la desinformación para seguir compartiendo las actualizaciones con nuestra audiencia, mientras esperamos la edición 2025 de la Cumbre Global sobre Desinformación.
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